miércoles, 21 de septiembre de 2016

Una desconocida pieza teatral de los años veinte, por Luis Pestarini

Se dice que la ciencia-ficción es una excelente herramienta para conocer los miedos y expectativas que atraviesan una sociedad en un momento determinado. Aunque como instrumento de conocimiento es bastante subjetivo, hay textos que revalorizan esta hipótesis. Como ejemplo vamos a tomar una singular obra teatral estrenada en 1924 en Buenos Aires.
            Ya su título es inusual: Los injertados: boceto dramático del futuro en un acto. Su autor, Carlos M. Bertarelli, parece no haber dejado más que esta obra, aunque un sospechosamente parecido Carlos Bertelli es el director y guionista de la película Valle negro, sobre la novela homónima del entonces popularísimo Hugo Wast, realizada en el mismo año que la obra que tratamos aquí. Pero es posible que ésta haya sido su única pieza teatral, al menos la única publicada. El estreno de Los injertados se realizó el 1 de febrero de 1924 en el Teatro Maipo y estuvo a cargo de la Compañía de Enrique Arellano. Se realizaron 36 representaciones consecutivas, cantidad nada despreciable para la época, y no se tiene noticia de que haya sido puesta en escena posteriormente.
            La obra está ambientada en 1950 (más de un cuarto de siglo en el futuro de entonces) y cumple rigurosamente con los preceptos de la ciencia-ficción: la ambientación está cuidada y el tema pivotea sobre la especulación de qué pasaría si... Sobre la precisión de la ambientación escenográfica y su auténtico espíritu de indagación tecnológica, bastan estas notas para la puesta:
            […] Sobre los aparatos de Radio-fotofonografía, en la parte superior, un cuadro, del tamaño natural de la cabeza de un hombre, con un vidrio esmerilado, color verde, subdividido por un reticulado cuadricular: sobre dicho vidrio deberá proyectarse la cabeza de la persona que contesta al teléfono, de la cual se sacarán unos metros de película para el objeto, pasándola por una maquinita proyectora.
            Recordemos que estamos en 1924 y este tipo de puestas son muy novedosas. Más adelante habrá otros apuntes para demostrar que la acción transcurre en un tiempo futuro, en particular el uso de reflectores que guían a aviones monoplaza, que son el vehículo de transporte más usado, al menos para la clase acomodada.