miércoles, 31 de julio de 2024

Las colecciones de ciencia ficción (IV): Ciencia ficción de Ultramar (segunda parte), por Luis Pestarini

 

29. Aldiss, Brian W. Bang, bang y Donde las líneas convergen (Brothers of the head, 1979) 1986. 168 p. Traducido por Víctor Conill.

El título sale de la línea que seguía la colección hasta este volumen. No es parte de una saga, en rigor son una novela corta y un cuento reunidos en un libro para darle la extensión necesaria para conformar un volumen, y la temática y el tratamiento están alejados de lo que venía siendo la constante de la colección. Aldiss (1925-2017) era un autor instalado pero no un best seller. “Bang, bang” es la sórdida historia de dos siameses unidos anatómicamente que conforman una banda de rock y tienen cierto éxito durante los setenta. Apenas se puede sugerir que es ciencia ficción. Dio origen a una película en 2005 y, una curiosidad, a una canción de Calamaro, “Dos Romeos” (1989), que describe la trama literalmente. “Donde las líneas convergen” es un relato sobre alienación cuya lectura hay que forzar para que pueda ser considerado dentro del género. Una anomalía dentro de la colección.

30. Niven, Larry. Un mundo fuera del tiempo (A world out of time, 1976) 1986. 252 p. Traducido por E. May.

Reedición de la colección Ciencia-Ficción de Emecé y de Maestros de Ciencia Ficción de Ultramar, aunque figura un traductor distinto. Niven (1938) es un adalid de la ciencia ficción dura y uno de los escritores más sobrevalorados del género. De imaginación vívida, las tramas de sus novelas suelen presentar fuertes inconsistencias, adornadas por personajes poco definidos y bastante infantiles. Esta obra en particular tiene como disparador el despertar del protagonista en un nuevo cuerpo, que había sido criogenizado en su agonía. Sus salvadores le encargan una misión galáctica que traiciona para dedicarse a la exploración espacial, regresando por fin a la Tierra, en un lejano futuro donde el planeta es irreconocible. Niven tiene libros mejores.

31. McCaffrey, Anne. El planeta de los dinosaurios (Dinosaur planet, 1978) 1986. 228 p. Traducido por Domingo Santos.


32. McCaffrey, Anne. Los supervivientes (The Survivors, 1984) 1986. 319 p. Traducido por Domingo Santos.

McCaffrey (1926-2011) tuvo un éxito considerable con su serie de los Dragones de Pern, que creó un subgénero denominado science fantasy, que un poco se anclaba en la literatura juvenil. Estas dos novelas directamente pueden ser consideradas dentro de esta última categoría y tratan sobre un conjunto de personajes que creen ser abandonados en el planeta Ireta por la nave de exploración en la que llegaron. Son dos grupos variopintos, uno que proviene de planetas con gravedad muy fuerte, y otro de gravedad liviana, por lo que su contextura y, digamos, sus idiosincrasias son bien distintas. Las novelas cuentas sobre las aventuras y enfrentamientos que corren entre seres que se parecen a dinosaurios. De lo más flojo de la colección hasta aquí. Fueron reeditados en un volumen de tapa dura en 1993.

33. Monteleone, Thomas F., comp. Mensajes de la era del ordenador (Microworlds/ R. A. M., Random access messages of the computer age, 1984) 1986. 301 p. Traducido por Salvador Dulcet Altés y otros. Contiene: Los ordenadores no discuten, Gordon R. Dickson. La pulsación, Gregory Benford. Usurpación de derechos de autor, David F. Bischoff. Llamadas de amor, Ben Bova. Los nueve mil millones de nombres de Dios, Arthur C. Clarke. Armaja das, Joe Haldeman. Echando redes, Robert E. Vardeman. Jack Dedos de muelle. La unión eterna, Barry N. Malzberg. La tarjeta, Charles L. Grant. Un día y una noche de Brahma, Ralph Mylius. El hombre esquemático, Frederik Pohl. LOKI 7281, Roger Zelazny. No tengo boca, y debo gritar, Harlan Ellison. El juego más grande, Thomas F. Monteleone. Respuestas, John Sladek. La última pregunta, Isaac Asimov. El ordenador encantado y el Papa androide, Ray Bradbury.

En su momento (1984) esta antología sobre cuentos sobre computadoras resultó muy sorprendente e innovadora, pero hoy muchas de las historias nos despiertan una sonrisa por su inocencia y falta de visión. No obstante, algunos relatos son interesantes, aunque queda flotando la cuestión de qué tienen que ver con el leit motiv de la antología. Monteleone (1946), el compilador, tiene una extensa carrera en el género de terror. Algunos cuentos como los de Clarke y Ellison son considerados clásicos del género, con muchas ediciones en nuestro idioma.

34. Delany, Samuel R. Babel-17 (Babel-17, 1966) 1986. 269 p. Traducido por Mirta Rosenberg.

Reedición de la versión publicada por Adiax en 1981. Si en los años sesenta la ciencia ficción demostró que quería dejar la comodidad de los lectores del fandom para buscar una audiencia más sofisticada, indudablemente esta novela es una de las que encabezó esta movida. Está basada en la hipótesis de Sapir-Whorf de que el lenguaje influye en el pensamiento y la percepción. Si bien tiene la forma de una space opera, desarrolla la idea de que en una guerra el lenguaje puede ser un arma en sí misma. La protagonista, una de las más logradas del género, es la capitana china Rydra Wong, lingüista, poeta y telépata. Delany tenía 24 años cuando publicó el libro, que ganó el premio Nebula.

35. Heinlein, Robert A. Job: una comedia de justicia (Job: a comedy of justice, 1984) 1986. 416 p. Traducido por Domingo Santos.

Uno de los últimos libros publicados en vida por Robert A. Heinlein (1908-1988), y no precisamente el mejor. El autor de Tropas del espacio fue mal leído durante décadas como un fascista cuando en realidad siempre fue un muy actual anarco liberal, que creía que el estado debía reducirse a su mínima manifestación y todo avance debía asentarse en el esfuerzo individual. Hay que reconocer que sus mejores libros son entretenidos e intelectualmente desafiantes, aunque han sufrido el paso del tiempo, ya que fueron escritos hace décadas, pero sus novelas tardías, bastante extensas, son derivativas y están repletas de bajadas de línea bastante torpes. Job es más digna que la vergonzosa El número de la bestia (1980). Es una parodia del cristianismo y de la teología bíblica, pero queda claro que Heinlein no entiende demasiado de la cuestión y destaca solo cuestiones superficiales. Aún así la prosa es llevadera y la novela es probablemente la mejor entre sus últimos trabajos.

36. Herbert, Frank. Casa capitular: Dune (Chapterhouse: Dune, 1985) 1986. 640 p. Traducido por Montserrat Conill.

Reedición del libro realizada en la colección Best Seller un año antes, último escrito por Frank Herbert, muerto en 1986. La calidad de los libros de Dune ha ido en descenso después de la primera trilogía, la original, y se sostiene básicamente en diálogos, por lo que la historia se vuelve monótona. Aquí se basa en la confrontación entre las Honorables Madres y la secular Bene Gesserit. Como ya se señaló anteriormente, los lectores de la serie que llegaron hasta aquí también leeran este volumen, sin importar su calidad.

37. Santos, Domingo. Hacedor de mundos. 1986. 265 p.

Esta es la primera novela de ciencia ficción de un autor español de la colección, si dejamos de lado La hormiga que, como señalamos oportunamente, no es ciencia ficción. Santos (Pedro Domingo Mutiñó, 1941-2018) fue el director de esta colección, el traductor de muchos de sus libros y un escritor de escaso talento, conocido por reproducir estilos de autores estadounindenses como Sheckley o Ellison. En este caso la inspiración claramente es Bester, más precisamente ¡Tigre! ¡Tigre! El astronauta David Cobos descubre que, tras sufrir un grave accidente en su nave, tiene el poder de modificar la realidad. Santos se esfuerza en dotar de una estructura lógica a este fenómeno pero aburre. Al final introduce muchas escenas de sexo, muy al estilo de la época.


38. Vance, Jack. La tierra moribunda (The dying earth, 1950) 1986. 203 p. Traducido por Domingo Santos.

39. Vance, Jack. Los ojos del sobremundo (The eyes of the overworld, 1966) 1986. 246 p. Traducido por Domingo Santos.

40. Vance, Jack. La saga de Cugel (Cugel’s saga, 1983) 1987. 409 p. Traducido por Domingo Santos.

41. Vance, Jack. Rhialto el prodigioso (Rhialto the marvellous, 1984) 1987. 267 p. Traducido por Domingo Santos.

A caballo entre la ciencia ficción y la fantasía, esta saga es la de más alto vuelo entre las publicadas en esta colección y una de las más destacadas del género. Curiosamente el primer volumen está compuesto por media docena de cuentos tenuemente conectados, ambientados en una tierra de un lejano futuro donde el sol se está apagando, y donde entre sociedades decadentes, magos y magia, suceden aventuras vertiginosas, coloridas, frescas e imaginativas. Vance (1916-2013) tuvo una extensa y exitosa carrera literaria, principalmente como autor de ciencia ficción y fantasía pero también de policiales. Probablemente esta saga sea su obra más recordada. Las virtudes de los dos primeros volúmenes no se mantienen intactas en las últimas dos entregas, escritas más de tres décadas después, pero aún así valen la pena.

42. Haldeman, Joe. Mundos (Worlds, 1981) 1986. 321 p. Traducido por Hernán Sabaté.

43. Haldeman, Joe. Mundos aparte (Worlds apart, 1983) 1987. 253 p. Traducido por Rafael Llorente.

Primeros dos volúmenes de una trilogía que probablemente no fuera pensada como tal y que recién fue publicada íntegramente en español más de tres décadas después por La Factoría de Ideas. El primero es una reedición en la misma versión que la publicada por Acervo (1983). Haldeman (1943) es un escritor puro y duro de ciencia ficción (y no digo de ciencia ficción dura). En la Hispacón ’96 le consulté por qué, con la carrera que tenía, había escrito novelas de Star Trek, respondió que en ese momento tenía que llegar a fin de mes, que cuando resolvió la situación y quiso recomprobar el contrato no se lo permitieron y tuvo que escribir las dos novelas igual. Mundos es uno de sus mejos libros: ambientado en nuestro futuro cercano (no tan cercano cuando se publicó), pretende hacer una descripción convincente de la evolución de nuestra sociedad. Amena, atrapante, inevitablemente vintage tras cuatro décadas, se deja leer con un poco de tolerancia. Mundos aparte (reeditado con el título más sensato de Mundos distantes) continúa la misma línea.

44. Silverberg, Robert, comp. Bestiario de ciencia ficción (The science fiction bestiary, 1971) 1986. 220 p. Traducido por Augusto Martínez Torres. Contiene: El hurkle es un animal feliz, Theodore Sturgeon. Abuelito, James H. Schmitz. La jirafa azul, L. Sprague de Camp. La máquina preservadora, Philip K. Dick. Una odisea marciana, Stanley G. Weinbaum. El sheriff de Canyon Gulch, Poul Anderson y Gordon R. Dickson. Los cáiganse muertos, Clifford D. Simak. Los gnurrs salieron del instrumento, Reginald Bretnor. Equipo de recolección, Robert Silverberg.

Reedición de la versión de la colección Ciencia-ficción de Emecé: “Los bestiarios eran obras que compilaban las descripciones de animales reales e imaginarios, y fueron especialmente populares en el Medioevo.” Silverberg utiliza esto como excusa para presentar una serie de cuentos que tienen como protagonistas animales o seres no terrestres, una antología “temática” del tipo de las que fueron muy populares en Estados Unidos, en este caso con relatos publicados entre 1934 y 1957. Y se siente el paso del tiempo: algunas historias salen mejor paradas que otras, como “Una odisea marciana”, la más antigua del libro, o “La máquina preservadora”. El resto con altibajos pronunciados.

45. Clarke, Arthur C. Regreso a Titán (Imperial Earth, 1975) 1987. 282 p. Traducido por J. Ferrer i Aleu.

Esta novela ya tenía ediciones anteriores en Emecé y en la misma Ultramar: Clarke creía que esta era su obra maestra, el libro por el cual sería recordado, por encima de El fin de la infanciaCita con Rama 2001, una odisea espacial. Narra el periplo de un representante de la casa gobernante de Titán, una suerte de monarquía, que viaja a la Tierra con motivo de los 500 años de la independencia de Estados Unidos, en 2276. En la novela hay recurrentes reflexiones y especulaciones sobre el futuro que, en parte, han quedado muy lejos de concretarse a menos de medio siglo de su publicación. Melodramática de a ratos, al menos cuando se publicó era la novedad más reciente de su autor. Vale resaltar que hay alguna sugerencia de que el protagonista tiene una relación homosexual, por lo que fue prohibido en algunas escuelas.

46. Wolfe, Bernard. Limbo (Limbo, 1952) 1987. 507 p. Traducido por Domingo Santos.


Reedición de la versión publicada en la colección Best Seller (1984) de la editorial, esta novela tiene un particular aura de clásico secreto, solo para conocedores. Wolfe (1915-1985) fue un personaje en si mismo: psicólogo recibido en Yale, trabajó en la marina mercante y fue secretario personal de Trotsky en México, pero ya no lo era cuando lo asesinaron. No escribió mucha ciencia ficción, pero Limbo se destaca nítidamente entre su obra, al punto en que Ballard la señaló como la mejor novela de ciencia ficción estadounidense. Es una novela llena de ideas, caótica, ambientada en un mundo postapocalíptico tras una tercera guerra mundial llevada adelante por computadoras, y presenta dos sociedades que enfrentan de manera distinta sus inclinaciones violentas. Hoy seguramente perdió la intensidad que tuvo en los años cincuenta, pero se sigue sosteniendo como una lectura recomendable, especialmente en la edición de Minotauro de 2002 (y evitar rigurosamente la pésima traducción de Vértice de 1965).

47. Bear, Greg. Música en la sangre (Blood music, 1985) 1987. 304 p. Traducido por Ma. Dolores García Borrón.

Basada en el cuento “La música de la sangre” (1983, publicado en Cuásar 8), ganador de los premios Hugo y Nebula, la novela no funciona tan bien como su versión corta, que fue revolucionaria, pero no deja de ser uno de los puntos altos de la colección en la categoría de novedades. Bear (1951-2022) comenzó su carrera dentro del género como un autor lleno de ideas innovadoras que no podía ser encasillado en las categorías imperantes en su momento (ciberpunk y postmodernos) y fue derivando en las últimas décadas hacia la escritura de entretenidos technotrillers de ciencia ficción sin mayores ambiciones. Música en la sangre es una de las novelas que aborda con más éxito un planteo derivado de especulación a partir de ingeniería genética. Necesita una reedición urgente.

48. Russ, Joanna. El hombre hembra (The female man, 1975) 1987. 281 p. Traducido por Maribel Martínez.

Reedición de la versión publicada en la colección Nova de Bruguera en 1978. Originalmente desató una reacción negativa de los sectores más conservadores del fandom por su postura feminista, pero El hombre hembra está lejos de ser una novela solamente provocadora sino que es una aguda reflexión sobre la discriminación sobre la mujer en una sociedad presentada en un marco de ciencia ficción de cuatro realidades alternativas donde la misma persona se ve afectada en su condición de mujer. Excelente como ciencia ficción, es el texto inaugural de la ciencia ficción feminista pero no debe encasillarse en ese lugar. No ha perdido nada de actualidad. Russ (1937-2011) nunca alcanzó el reconocimiento que se merecía, y que defendiera los derechos de las mujeres mucho tuvo que ver con eso. Fue reeditada por Ediciones B en 2021.

49. Martín, Andreu. Ahogos y palpitaciones. 1987. 206 p.

Después de mantener un nivel más que respetable durante varias ediciones, con este volumen la colección pega una patinada de las peores que tuvo en todo su recorrido. Martin (1949) es un reconocido autor de policiales y algunas novelas juveniles, y muestra su oficio como narrador en esta novela que, como mayor virtud, exhibe la facilidad de su lectura, pero como ciencia ficción es un cúmulo de lugares comunes (con mucho sexo). Describe una utopía que no resulta tal, a la manera de Un mundo feliz. ¿Dijimos ya que tiene mucho sexo? Crea terminos como “pornar” por “coger”. En fin…

50. Marín Trechera, Rafael. Unicornios sin cabeza. 1987. 214 p. Contiene: Un payaso arrepentido. Habrá un día en que todos. Otros días, otros sueños. Mein führer. Ángel exterminador. Nunca digas buenas noches a un extraño. La luna pálida. Un ligero sabor a sangre. Como el paisaje roto. Dos caminos de la arena. Métalas.

Para la edición 50 de la colección, otro volumen de un autor español, aunque éste es bien distinto al anterior. Es el primer volumen de cuentos escritos en español y el segundo desde El mundo del río de Farmer y funciona como un recopilatorio de un autor, Marín Trechera (1959) que no tenía ni diez años de haber publicado su primer cuento (y que ahora lleva unos 25 libros). Leídos desde el presente, no es la mejor manera de conocer la obra de Marín, ya que la antología es muy despareja y se nota en algunos casos que son relatos muy primerizos. Tal vez Lágrimas de luz sea la mejor puerta de entrada a su obra.

51. Delany, Samuel R. En las afueras de la ciudad muerta (Out of the Dead City, 1963). 1987. 189 p. Traducido por Ana María Pérez

52. Delany, Samuel R. Las torres de Toron (The Towers of Toron, 1964). 1987. 191 p. Traducido por Ana María Pérez.

53. Delany, Samuel R. Ciudad de los mil soles (City of a Thousand Suns, 1965). 1987. 193 p. Traducido por Ana María Pérez.

Reedición de Ediciones Adiax de 1981. Delany (1942) era un temprano veinteañero cuando publicó esta trilogía a comienzos de los sesenta y pronto se convirtió en una prolífica promesa, una suerte de Jack Vance estilísticamente más elaborado pero igualmente colorido y entretenido. Como todos los libros iniciales del autor, son historias iniciáticas de búsquedas, con ecos mitológicos y, vistos a la distancia, un poco pretenciosos, que por entonces no le venía mal a la ciencia ficción. A pesar del inicio estruendoso, la carrera de Delany no alcanzó los niveles que prometía en sus inicios, pero son de lectura recomendada.

54. O’Donnell, Kevin. Ora:cle (Ora:cle, 1983) 1987. 456 p. Traducido por Domingo Santos.

Esta es una de esas novelas que hacen que uno se pregunte cómo no ha tenido mayor éxito, cómo no ha sido reeditada, cómo su autor, O’Donnell (1950-2012) no alcanzó reconocimiento. No es que sea una obra maestra, pero funciona por donde se la mire: es entretenida, original, retrata un futuro con bastante acierto (aunque no el año), y logra presentar a un protagonista que casi no sale de su casa, que es experto en la cultura china del siglo XX y en jardinería como alguien muy interesante e ingenioso. Ora:cle es uno de esos libros que sorprenden para bien.


55. Gorodischer, Angélica. Bajo las jubeas en flor. 1987. 178 p. Contiene: Bajo las jubeas en flor. Los sargazos. Veintitrés escribas. Onomatopeya del ojo silencioso. Los embriones del violeta. Semejante día.

Reedición de la tercera colección de cuentos de Gorodischer publicada por Ediciones de la Flor en 1973. En este volumen se encuentran algunos de los mejores cuentos de ciencia ficción de la autora argentina. Es una reedición un poco inusual para el catálogo de la colección de Ultramar, pero bienvenida.

56. Pohl, Frederik. Pórtico (Gateway, 1977) 1987. 293 p. Traducido por Pilar Giralt y Ma. Teresa Segur.

Reedición de la versión de Bruguera, colección Nova, de 1979. Novela ganadora de los premios Hugo, Nebula y Campbell, es un clásico indiscutible de la década del setenta escrito por un autor que se aggiornó a los cambios de época como Pohl (1919-2013). La novela da inicio a la saga Heechee donde los humanos encuentran restos de tecnología de una civilización extraterrestre que les permite trasladarse por el universo. Mucho más elaborada y compleja que otras obras de autores de su misma generación como Asimov, Pórtico se sostiene perfectamente para una lectura actual.

57. Bermúdez Castillo, Gabriel. El hombre estrella. 1988. 240 p.

Con una docena de libros de ciencia ficción publicados, entre novelas y colecciones de cuentos, la obra de Bermúdez Castillo (1934-2019) es una de las más presentes en la literatura española contemporánea. Sin embargo, pocas veces logra salir de los lugares comunes del género, y El hombre estrella no es la excepción, novela machista ambientada en un lejano planeta dominado por un matriarcado hasta que aparece un hombre estrella. Puede pasarse de largo.

58. Pohl, Frederik. Tras el incierto horizonte (Beyond the blue event horizon, 1980) 1988. 337 p. Traducido por Francisco Amella.

59. Pohl, Frederik. El encuentro (Heechee rendezvous, 1984) 1988. 346 p. Traducido por Francisco Amella.

Segundo y tercer volumen de la saga Heechee iniciada por Pórtico. Para comenzar, el título del primer volumen está mal traducido ya que es una expresión de la relatividad general que habitualmente en español se conoce como horizonte de sucesos o de eventos, pero ya dijimos que las traducciones no fueron el fuerte de Ultramar. Como suele suceder son las sagas del período setenta-noventa, comienzan bien arriba y van cayendo, primero lentamente -Tras el incierto horizonte mantiene buena parte de las virtudes de Pórtico- pero se desbarata ya en la tercera parte. Como ya se ha señalado aquí, Pohl es de los autores “clásicos” que mejor se pueden leer en nuestros días. El primero de los dos volúmenes fue reeditados en dos ocasiones, el segundo solo una vez.

60. Silverberg, Robert. El castillo de Lord Valentine (Lord Valentine’s castle, 1980) 1988. 262 p.  Traducido por César Terrón.


61. Silverberg, Robert. El laberinto de Majipur (Lord Valentine’s Castle, 1980) 1988. 316 p. Traducido por César Terrón.

Reedición en dos volúmenes de la versión de Acervo (1983) que se publicó en un único tomo. Fue la primera novela publicada por Silverberg (1935) después de que anunciara que dejaba de escribir literatura de género en 1976. Majipur es un planeta cuidadosamente diseñado por el autor donde transcurren historias a caballo entre la ciencia ficción y la fantasía, al estilo de Jack Vance, algo reconocido por el mismo Silverberg. La obra previa del autor se caracterizaba por la intensidad psicológica de los protagonistas de sus historias, pero está claro que Silverberg decidió adaptarse a lo que pensó que era lo que quería el mercado: historias entretenidas y coloridas, sin demasiadas pretenciones. En cierto modo, fue una claudicación a su planteo cuando dejó de escribir a mediados de los setenta, pero esta novela en dos libros sigue siendo una lectura entretenida (y poco más).

62. Delany, Samuel R. Dhalgren I: Prisma, espejo, lentes (Dhalgren, 1974). 1987. 399 p. Traducido por Domingo Santos.

63. Delany, Samuel R. Dhalgren II: En tiempo de plaga (Dhalgren, 1974). 1987. 306 p. Traducido por Domingo Santos.

64. Delany, Samuel R. Dhalgren III: Palimpsesto (Dhalgren, 1974). 1988. 393 p. Traducido por Domingo Santos.

No es una trilogía sino una novela publicada en español en tres partes por su notable extensión. Es uno de los libros más ambiciosos del género desde el punto de vista estilístico y literario que, lamentablemente, no encontró una traducción a su altura, por lo que su efecto quedó muy alterado. Transcurre en una ciudad casi abandonada, Bellona, donde Kid, el protagonista, se descubre poeta y deambula por un paisaje postapocalítico mientras una pequeña tribu se junta a su alrededor. Indudablemente es excesivamente extensa y muy ambiciosa, pero es un interesante desafío para el lector. Claramente un antecedente directo para la obra más reciente de M. John Harrison. Increíblemente el tomo I no se distribuyó en Argentina. 

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