Una de las revistas de ciencia ficción más difíciles de
encontrar es la mexicana Fantasías del
Futuro, que publicó un único número en septiembre de 1958. Fue lanzada por
Editora Sol, entonces una próspera empresa que publicaba libros y revistas de
corte popular. Según se anuncia en la revista, el contenido está tomado de
publicaciones estadounidenses como Science
Fiction Quarterly, Super Science Fiction, Future Science Fiction, Planet
Stories y The Original Science
Fiction, todas revistas de segunda línea en su momento.
Sin embargo, si
revisamos la procedencia de sus relatos, todos traducidos del inglés,
descubrimos que también son frecuentes las apariciones de historias publicadas
en la crema de la revistas del género
en los cincuenta, como The Magazine of
Fantasy & Science Fiction, Galaxy y Fantastic.
La revista, de 128 páginas y de un formato 19 x 13 cm., se
abre con dos cuentos de Robert Silverberg, entonces un joven muy prolífico, el
segundo de ellos firmado con su seudónimo Calvin M. Knox. Los once cuentos que
comprenden este primer y único número pertenecen a escritores reconocidos,
salvo un par de casos. Vale destacar que la (mala) traducción de los nombres
puede ocultar su auténtico autor: así, James Blish se convierte en Diego Blish,
Mack Reynolds en Julio Reynolds y Mildred Clingerman en Margarita Clingerman.
Hay un par de desconocidos (Lee Grant como Luis Grant y Clee Garson,
probablemente un seundónimo de Paul Fairman) y otros nombres que son
reconocibles: Roberto Sheckley, Carlos L. Harness y Murray Zeinster (sorprendente
deformación del original Leinster). El término medio de calidad de los relatos
está por encima de la de la época aunque las traducciones intentan que esto no
parezca así. La mayoría de los cuentos tuvieron posteriores versiones con mejor
suerte. El rango de la publicación original de las historias va de 1949 a 1957.
Fantasías
del Futuro no
pasa de ser una curiosidad y una figurita difícil para los coleccionistas, pero
no ha dejado una marca de relevancia en la conformación del género en español.
De haber tenido continuidad, bien podría contarse una historia distinta.
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