29. Aldiss, Brian W. Bang, bang y Donde las líneas convergen (Brothers of the head, 1979) 1986. 168 p. Traducido por Víctor Conill.
El título sale de la línea que seguía la colección hasta este volumen. No es parte de una saga, en rigor son una novela corta y un cuento reunidos en un libro para darle la extensión necesaria para conformar un volumen, y la temática y el tratamiento están alejados de lo que venía siendo la constante de la colección. Aldiss (1925-2017) era un autor instalado pero no un best seller. “Bang, bang” es la sórdida historia de dos siameses unidos anatómicamente que conforman una banda de rock y tienen cierto éxito durante los setenta. Apenas se puede sugerir que es ciencia ficción. Dio origen a una película en 2005 y, una curiosidad, a una canción de Calamaro, “Dos Romeos” (1989), que describe la trama literalmente. “Donde las líneas convergen” es un relato sobre alienación cuya lectura hay que forzar para que pueda ser considerado dentro del género. Una anomalía dentro de la colección.
30. Niven, Larry. Un mundo fuera del tiempo (A world
out of time, 1976) 1986. 252 p. Traducido por E. May.
Reedición de la colección Ciencia-Ficción de Emecé y de
Maestros de Ciencia Ficción de Ultramar, aunque figura un traductor distinto. Niven (1938) es un adalid de la ciencia ficción
dura y uno de los escritores más sobrevalorados del género. De imaginación
vívida, las tramas de sus novelas suelen presentar fuertes inconsistencias,
adornadas por personajes poco definidos y bastante infantiles. Esta obra en
particular tiene como disparador el despertar del protagonista en un nuevo
cuerpo, que había sido criogenizado en su agonía. Sus salvadores le encargan
una misión galáctica que traiciona para dedicarse a la exploración espacial,
regresando por fin a la Tierra, en un lejano futuro donde el planeta es
irreconocible. Niven tiene libros mejores.
31. McCaffrey, Anne. El planeta de los dinosaurios (Dinosaur planet, 1978) 1986. 228 p. Traducido por Domingo Santos.
32. McCaffrey, Anne. Los supervivientes (The Survivors,
1984) 1986. 319 p. Traducido por Domingo Santos.
McCaffrey (1926-2011) tuvo un éxito
considerable con su serie de los Dragones de Pern, que creó un subgénero denominado
science fantasy, que un poco se anclaba en la literatura juvenil. Estas
dos novelas directamente pueden ser consideradas dentro de esta última categoría
y tratan sobre un conjunto de personajes que creen ser abandonados en el
planeta Ireta por la nave de exploración en la que llegaron. Son dos grupos variopintos,
uno que proviene de planetas con gravedad muy fuerte, y otro de gravedad
liviana, por lo que su contextura y, digamos, sus idiosincrasias son bien
distintas. Las novelas cuentas sobre las aventuras y enfrentamientos que corren
entre seres que se parecen a dinosaurios. De lo más flojo de la colección hasta
aquí. Fueron reeditados en un volumen de tapa dura en 1993.
33. Monteleone,
Thomas F., comp. Mensajes de la era del ordenador (Microworlds/ R. A.
M., Random access messages of the computer age, 1984) 1986. 301 p. Traducido
por Salvador Dulcet Altés y otros. Contiene: Los ordenadores no discuten,
Gordon R. Dickson. La pulsación, Gregory Benford. Usurpación de derechos de
autor, David F. Bischoff. Llamadas de amor, Ben Bova. Los nueve mil millones de
nombres de Dios, Arthur C. Clarke. Armaja das, Joe Haldeman. Echando redes,
Robert E. Vardeman. Jack Dedos de muelle. La unión eterna, Barry N. Malzberg.
La tarjeta, Charles L. Grant. Un día y una noche de Brahma, Ralph Mylius. El
hombre esquemático, Frederik Pohl. LOKI 7281, Roger Zelazny. No tengo boca, y
debo gritar, Harlan Ellison. El juego más grande, Thomas F. Monteleone.
Respuestas, John Sladek. La última pregunta, Isaac Asimov. El ordenador
encantado y el Papa androide, Ray Bradbury.
En su momento (1984) esta antología sobre cuentos sobre
computadoras resultó muy sorprendente e innovadora, pero hoy muchas de las
historias nos despiertan una sonrisa por su inocencia y falta de visión. No
obstante, algunos relatos son interesantes, aunque queda flotando la cuestión
de qué tienen que ver con el leit motiv de la antología. Monteleone (1946), el
compilador, tiene una extensa carrera en el género de terror. Algunos cuentos
como los de Clarke y Ellison son considerados clásicos del género, con muchas
ediciones en nuestro idioma.
34. Delany, Samuel R. Babel-17 (Babel-17, 1966) 1986.
269 p. Traducido por Mirta Rosenberg.
Reedición de la versión publicada por Adiax en 1981. Si en
los años sesenta la ciencia ficción demostró que quería dejar la comodidad de
los lectores del fandom para buscar una audiencia más sofisticada,
indudablemente esta novela es una de las que encabezó esta movida. Está basada
en la hipótesis de Sapir-Whorf de que el lenguaje influye en el pensamiento y
la percepción. Si bien tiene la forma de una space opera, desarrolla la idea de
que en una guerra el lenguaje puede ser un arma en sí misma. La protagonista,
una de las más logradas del género, es la capitana china Rydra Wong, lingüista,
poeta y telépata. Delany tenía 24 años cuando publicó el libro, que ganó el
premio Nebula.
35. Heinlein, Robert A. Job: una comedia de justicia (Job:
a comedy of justice, 1984) 1986. 416 p. Traducido por Domingo Santos.
Uno de los últimos libros publicados en vida por Robert A.
Heinlein (1908-1988), y no precisamente el mejor. El autor de Tropas del
espacio fue mal leído durante décadas como un fascista cuando en realidad
siempre fue un muy actual anarco liberal, que creía que el estado debía
reducirse a su mínima manifestación y todo avance debía asentarse en el
esfuerzo individual. Hay que reconocer que sus mejores libros son entretenidos
e intelectualmente desafiantes, aunque han sufrido el paso del tiempo, ya que
fueron escritos hace décadas, pero sus novelas tardías, bastante extensas, son
derivativas y están repletas de bajadas de línea bastante torpes. Job es
más digna que la vergonzosa El número de la bestia (1980). Es una
parodia del cristianismo y de la teología bíblica, pero queda claro que
Heinlein no entiende demasiado de la cuestión y destaca solo cuestiones
superficiales. Aún así la prosa es llevadera y la novela es probablemente la
mejor entre sus últimos trabajos.
36. Herbert, Frank. Casa capitular: Dune (Chapterhouse:
Dune, 1985) 1986. 640 p. Traducido por Montserrat Conill.
Reedición del libro realizada en la colección Best Seller un
año antes, último escrito por Frank Herbert, muerto en 1986. La calidad de los
libros de Dune ha ido en descenso después de la primera trilogía, la original,
y se sostiene básicamente en diálogos, por lo que la historia se vuelve
monótona. Aquí se basa en la confrontación entre las Honorables Madres y la
secular Bene Gesserit. Como ya se señaló anteriormente, los lectores de la
serie que llegaron hasta aquí también leeran este volumen, sin importar su
calidad.
37. Santos, Domingo. Hacedor de mundos. 1986. 265 p.
Esta es la primera novela de ciencia ficción de un autor
español de la colección, si dejamos de lado La hormiga que, como
señalamos oportunamente, no es ciencia ficción. Santos (Pedro Domingo Mutiñó,
1941-2018) fue el director de esta colección, el traductor de muchos de sus
libros y un escritor de escaso talento, conocido por reproducir estilos de
autores estadounindenses como Sheckley o Ellison. En este caso la inspiración
claramente es Bester, más precisamente ¡Tigre! ¡Tigre! El astronauta
David Cobos descubre que, tras sufrir un grave accidente en su nave, tiene el
poder de modificar la realidad. Santos se esfuerza en dotar de una estructura
lógica a este fenómeno pero aburre. Al final introduce muchas escenas de sexo,
muy al estilo de la época.
38. Vance, Jack. La tierra moribunda (The dying earth, 1950) 1986. 203 p. Traducido por Domingo Santos.
39. Vance, Jack. Los ojos del sobremundo (The eyes of
the overworld, 1966) 1986. 246 p. Traducido por Domingo Santos.
40. Vance, Jack. La saga de Cugel (Cugel’s saga, 1983)
1987. 409 p. Traducido por Domingo Santos.
41. Vance, Jack. Rhialto el prodigioso (Rhialto the
marvellous, 1984) 1987. 267 p. Traducido por Domingo Santos.
A caballo entre la ciencia ficción y la fantasía, esta saga
es la de más alto vuelo entre las publicadas en esta colección y una de las más
destacadas del género. Curiosamente el primer volumen está compuesto por media
docena de cuentos tenuemente conectados, ambientados en una tierra de un lejano
futuro donde el sol se está apagando, y donde entre sociedades decadentes,
magos y magia, suceden aventuras vertiginosas, coloridas, frescas e
imaginativas. Vance (1916-2013) tuvo una extensa y exitosa carrera literaria,
principalmente como autor de ciencia ficción y fantasía pero también de policiales.
Probablemente esta saga sea su obra más recordada. Las virtudes de los dos
primeros volúmenes no se mantienen intactas en las últimas dos entregas,
escritas más de tres décadas después, pero aún así valen la pena.
42. Haldeman, Joe. Mundos (Worlds, 1981) 1986. 321 p.
Traducido por Hernán Sabaté.
43. Haldeman, Joe. Mundos aparte (Worlds apart, 1983)
1987. 253 p. Traducido por Rafael Llorente.
Primeros dos volúmenes de una trilogía que probablemente no
fuera pensada como tal y que recién fue publicada íntegramente en español más
de tres décadas después por La Factoría de Ideas. El primero es una reedición
en la misma versión que la publicada por Acervo (1983). Haldeman (1943) es un
escritor puro y duro de ciencia ficción (y no digo de ciencia ficción dura). En
la Hispacón ’96 le consulté por qué, con la carrera que tenía, había escrito
novelas de Star Trek, respondió que en ese momento tenía que llegar a fin de
mes, que cuando resolvió la situación y quiso recomprobar el contrato no se lo
permitieron y tuvo que escribir las dos novelas igual. Mundos es uno de
sus mejos libros: ambientado en nuestro futuro cercano (no tan cercano cuando
se publicó), pretende hacer una descripción convincente de la evolución de
nuestra sociedad. Amena, atrapante, inevitablemente vintage tras cuatro
décadas, se deja leer con un poco de tolerancia. Mundos aparte (reeditado
con el título más sensato de Mundos distantes) continúa la misma línea.
44. Silverberg, Robert, comp. Bestiario de ciencia ficción
(The science fiction bestiary, 1971) 1986. 220 p. Traducido por Augusto
Martínez Torres. Contiene: El hurkle es un animal feliz, Theodore Sturgeon.
Abuelito, James H. Schmitz. La jirafa azul, L. Sprague de Camp. La máquina
preservadora, Philip K. Dick. Una odisea marciana, Stanley G. Weinbaum. El
sheriff de Canyon Gulch, Poul Anderson y Gordon R. Dickson. Los cáiganse
muertos, Clifford D. Simak. Los gnurrs salieron del instrumento, Reginald
Bretnor. Equipo de recolección, Robert Silverberg.
Reedición de la versión
de la colección Ciencia-ficción de Emecé: “Los
bestiarios eran obras que compilaban las descripciones de animales reales e
imaginarios, y fueron especialmente populares en el Medioevo.” Silverberg
utiliza esto como excusa para presentar una serie de cuentos que tienen como
protagonistas animales o seres no terrestres, una antología “temática” del tipo
de las que fueron muy populares en Estados Unidos, en este caso con relatos
publicados entre 1934 y 1957. Y se siente el paso del tiempo: algunas historias
salen mejor paradas que otras, como “Una odisea marciana”, la más antigua del
libro, o “La máquina preservadora”. El resto con altibajos pronunciados.
45. Clarke, Arthur C. Regreso a Titán (Imperial Earth,
1975) 1987. 282 p. Traducido por J. Ferrer i Aleu.
Esta novela ya tenía ediciones anteriores en Emecé y en la
misma Ultramar: Clarke creía
que esta era su obra maestra, el libro por el cual sería recordado, por encima
de El fin de la infancia, Cita con Rama y 2001,
una odisea espacial. Narra el periplo de un representante de la casa
gobernante de Titán, una suerte de monarquía, que viaja a la Tierra con motivo
de los 500 años de la independencia de Estados Unidos, en 2276. En la
novela hay recurrentes reflexiones y especulaciones sobre el futuro que, en
parte, han quedado muy lejos de concretarse a menos de medio siglo de su
publicación. Melodramática de a ratos, al menos cuando se publicó era la
novedad más reciente de su autor. Vale resaltar que hay alguna sugerencia de
que el protagonista tiene una relación homosexual, por lo que fue prohibido en
algunas escuelas.
46. Wolfe, Bernard. Limbo (Limbo, 1952) 1987. 507 p. Traducido por Domingo Santos.
Reedición de la versión publicada en la colección Best Seller
(1984) de la editorial, esta novela tiene un particular aura de clásico
secreto, solo para conocedores. Wolfe (1915-1985) fue un personaje en si mismo:
psicólogo recibido en Yale, trabajó en la marina mercante y fue secretario personal
de Trotsky en México, pero ya no lo era cuando lo asesinaron. No escribió mucha
ciencia ficción, pero Limbo se destaca nítidamente entre su obra, al
punto en que Ballard la señaló como la mejor novela de ciencia ficción
estadounidense. Es una novela llena de ideas, caótica, ambientada en un mundo
postapocalíptico tras una tercera guerra mundial llevada adelante por
computadoras, y presenta dos sociedades que enfrentan de manera distinta sus
inclinaciones violentas. Hoy seguramente perdió la intensidad que tuvo en los años
cincuenta, pero se sigue sosteniendo como una lectura recomendable,
especialmente en la edición de Minotauro de 2002 (y evitar rigurosamente la pésima
traducción de Vértice de 1965).
47. Bear, Greg. Música en la sangre (Blood music,
1985) 1987. 304 p. Traducido por Ma. Dolores García Borrón.
Basada en el cuento “La música de la sangre” (1983, publicado
en Cuásar 8), ganador de los premios Hugo y Nebula, la novela no
funciona tan bien como su versión corta, que fue revolucionaria, pero no deja
de ser uno de los puntos altos de la colección en la categoría de novedades.
Bear (1951-2022) comenzó su carrera dentro del género como un autor lleno de
ideas innovadoras que no podía ser encasillado en las categorías imperantes en
su momento (ciberpunk y postmodernos) y fue derivando en las últimas décadas
hacia la escritura de entretenidos technotrillers de ciencia ficción sin
mayores ambiciones. Música en la sangre es una de las novelas que aborda
con más éxito un planteo derivado de especulación a partir de ingeniería
genética. Necesita una reedición urgente.
48. Russ, Joanna. El hombre hembra (The female man,
1975) 1987. 281 p. Traducido por Maribel Martínez.
Reedición de la versión publicada en la colección Nova de
Bruguera en 1978. Originalmente desató una reacción negativa de los sectores
más conservadores del fandom por su postura feminista, pero El hombre hembra
está lejos de ser una novela solamente provocadora sino que es una aguda
reflexión sobre la discriminación sobre la mujer en una sociedad presentada en
un marco de ciencia ficción de cuatro realidades alternativas donde la misma
persona se ve afectada en su condición de mujer. Excelente como ciencia
ficción, es el texto inaugural de la ciencia ficción feminista pero no debe
encasillarse en ese lugar. No ha perdido nada de actualidad. Russ (1937-2011)
nunca alcanzó el reconocimiento que se merecía, y que defendiera los derechos
de las mujeres mucho tuvo que ver con eso. Fue reeditada por Ediciones B en
2021.
49. Martín, Andreu. Ahogos y palpitaciones. 1987. 206
p.
Después de mantener un nivel más que respetable durante
varias ediciones, con este volumen la colección pega una patinada de las peores
que tuvo en todo su recorrido. Martin (1949) es un reconocido autor de
policiales y algunas novelas juveniles, y muestra su oficio como narrador en
esta novela que, como mayor virtud, exhibe la facilidad de su lectura, pero
como ciencia ficción es un cúmulo de lugares comunes (con mucho sexo). Describe
una utopía que no resulta tal, a la manera de Un mundo feliz. ¿Dijimos
ya que tiene mucho sexo? Crea terminos como “pornar” por “coger”. En fin…
50. Marín Trechera, Rafael. Unicornios sin cabeza.
1987. 214 p. Contiene: Un payaso arrepentido. Habrá un día en que todos. Otros
días, otros sueños. Mein führer. Ángel exterminador. Nunca digas buenas noches
a un extraño. La luna pálida. Un ligero sabor a sangre. Como el paisaje roto.
Dos caminos de la arena. Métalas.
Para la edición 50 de la colección, otro volumen de un autor
español, aunque éste es bien distinto al anterior. Es el primer volumen de
cuentos escritos en español y el segundo desde El mundo del río de
Farmer y funciona como un recopilatorio de un autor, Marín Trechera (1959) que
no tenía ni diez años de haber publicado su primer cuento (y que ahora lleva
unos 25 libros). Leídos desde el presente, no es la mejor manera de conocer la
obra de Marín, ya que la antología es muy despareja y se nota en algunos casos
que son relatos muy primerizos. Tal vez Lágrimas de luz sea la mejor
puerta de entrada a su obra.
51. Delany, Samuel R. En las afueras de la ciudad
muerta (Out of the Dead City, 1963). 1987. 189 p. Traducido por Ana María
Pérez
52. Delany, Samuel R. Las torres de Toron (The
Towers of Toron, 1964). 1987. 191 p. Traducido por Ana María Pérez.
53. Delany, Samuel R. Ciudad de los mil soles (City
of a Thousand Suns, 1965). 1987. 193 p. Traducido por Ana María Pérez.
Reedición de Ediciones Adiax de 1981. Delany (1942) era un
temprano veinteañero cuando publicó esta trilogía a comienzos de los sesenta y
pronto se convirtió en una prolífica promesa, una suerte de Jack Vance
estilísticamente más elaborado pero igualmente colorido y entretenido. Como
todos los libros iniciales del autor, son historias iniciáticas de búsquedas,
con ecos mitológicos y, vistos a la distancia, un poco pretenciosos, que por
entonces no le venía mal a la ciencia ficción. A pesar del inicio estruendoso,
la carrera de Delany no alcanzó los niveles que prometía en sus inicios, pero
son de lectura recomendada.
54. O’Donnell, Kevin. Ora:cle (Ora:cle, 1983) 1987.
456 p. Traducido por Domingo Santos.
Esta es una de esas novelas que hacen que uno se pregunte
cómo no ha tenido mayor éxito, cómo no ha sido reeditada, cómo su autor,
O’Donnell (1950-2012) no alcanzó reconocimiento. No es que sea una obra
maestra, pero funciona por donde se la mire: es entretenida, original, retrata
un futuro con bastante acierto (aunque no el año), y logra presentar a un
protagonista que casi no sale de su casa, que es experto en la cultura china
del siglo XX y en jardinería como alguien muy interesante e ingenioso. Ora:cle
es uno de esos libros que sorprenden para bien.
55. Gorodischer, Angélica. Bajo las jubeas en flor. 1987. 178 p. Contiene: Bajo las jubeas en flor. Los sargazos. Veintitrés escribas. Onomatopeya del ojo silencioso. Los embriones del violeta. Semejante día.
Reedición de la tercera colección de cuentos de Gorodischer
publicada por Ediciones de la Flor en 1973. En este volumen se encuentran
algunos de los mejores cuentos de ciencia ficción de la autora argentina. Es
una reedición un poco inusual para el catálogo de la colección de Ultramar,
pero bienvenida.
56. Pohl, Frederik. Pórtico (Gateway, 1977) 1987. 293
p. Traducido por Pilar Giralt y Ma. Teresa Segur.
Reedición de la versión de Bruguera, colección Nova, de 1979.
Novela ganadora de los premios Hugo, Nebula y Campbell, es un clásico
indiscutible de la década del setenta escrito por un autor que se aggiornó a
los cambios de época como Pohl (1919-2013). La novela da inicio a la saga
Heechee donde los humanos encuentran restos de tecnología de una civilización
extraterrestre que les permite trasladarse por el universo. Mucho más elaborada
y compleja que otras obras de autores de su misma generación como Asimov, Pórtico
se sostiene perfectamente para una lectura actual.
57. Bermúdez Castillo, Gabriel. El hombre estrella.
1988. 240 p.
Con una docena de libros de ciencia ficción publicados, entre
novelas y colecciones de cuentos, la obra de Bermúdez Castillo (1934-2019) es
una de las más presentes en la literatura española contemporánea. Sin embargo,
pocas veces logra salir de los lugares comunes del género, y El hombre
estrella no es la excepción, novela machista ambientada en un lejano
planeta dominado por un matriarcado hasta que aparece un hombre estrella.
Puede pasarse de largo.
58. Pohl, Frederik. Tras el incierto horizonte (Beyond
the blue event horizon, 1980) 1988. 337 p. Traducido por Francisco Amella.
59. Pohl, Frederik. El encuentro (Heechee rendezvous,
1984) 1988. 346 p. Traducido por Francisco Amella.
Segundo y tercer volumen de la saga Heechee iniciada por Pórtico.
Para comenzar, el título del primer volumen está mal traducido ya que es una
expresión de la relatividad general que habitualmente en español se conoce como
horizonte de sucesos o de eventos, pero ya dijimos que las traducciones no
fueron el fuerte de Ultramar. Como suele suceder son las sagas del período
setenta-noventa, comienzan bien arriba y van cayendo, primero lentamente -Tras
el incierto horizonte mantiene buena parte de las virtudes de Pórtico-
pero se desbarata ya en la tercera parte. Como ya se ha señalado aquí, Pohl es
de los autores “clásicos” que mejor se pueden leer en nuestros días. El primero
de los dos volúmenes fue reeditados en dos ocasiones, el segundo solo una vez.
60. Silverberg, Robert. El castillo de Lord Valentine (Lord Valentine’s castle, 1980) 1988. 262 p. Traducido por César Terrón.
61. Silverberg, Robert. El
laberinto de Majipur (Lord
Valentine’s Castle, 1980) 1988. 316 p. Traducido por César Terrón.
Reedición en dos volúmenes de la versión de Acervo (1983) que
se publicó en un único tomo. Fue la primera novela publicada por Silverberg
(1935) después de que anunciara que dejaba de escribir literatura de género en
1976. Majipur es un planeta cuidadosamente diseñado por el autor donde
transcurren historias a caballo entre la ciencia ficción y la fantasía, al
estilo de Jack Vance, algo reconocido por el mismo Silverberg. La obra previa
del autor se caracterizaba por la intensidad psicológica de los protagonistas
de sus historias, pero está claro que Silverberg decidió adaptarse a lo que
pensó que era lo que quería el mercado: historias entretenidas y coloridas, sin
demasiadas pretenciones. En cierto modo, fue una claudicación a su planteo
cuando dejó de escribir a mediados de los setenta, pero esta novela en dos
libros sigue siendo una lectura entretenida (y poco más).
62. Delany, Samuel R. Dhalgren I: Prisma, espejo, lentes
(Dhalgren, 1974). 1987. 399 p. Traducido por Domingo Santos.
63. Delany, Samuel R. Dhalgren II: En tiempo de plaga
(Dhalgren, 1974). 1987. 306 p. Traducido por Domingo Santos.
64. Delany, Samuel R. Dhalgren III: Palimpsesto
(Dhalgren, 1974). 1988. 393 p. Traducido por Domingo Santos.
No es una trilogía sino una novela publicada en español en tres partes por su notable extensión. Es uno de los libros más ambiciosos del género desde el punto de vista estilístico y literario que, lamentablemente, no encontró una traducción a su altura, por lo que su efecto quedó muy alterado. Transcurre en una ciudad casi abandonada, Bellona, donde Kid, el protagonista, se descubre poeta y deambula por un paisaje postapocalítico mientras una pequeña tribu se junta a su alrededor. Indudablemente es excesivamente extensa y muy ambiciosa, pero es un interesante desafío para el lector. Claramente un antecedente directo para la obra más reciente de M. John Harrison. Increíblemente el tomo I no se distribuyó en Argentina.