Entre las numerosas versiones en español de la revista estadounidense Asimov’s Science Fiction, tal vez la menos conocida sea la mexicana Asimov Ciencia Ficción (luego Asimov Ciencia Ficción en español), publicada por El fisgón del universo. Esta editorial fue creada y financiada por el psiquiatra José Zaidenweber Cwilich (1930-1995), que mostró un tardío interés en la ciencia ficción.
Esta versión del Asimov’s
Science Fiction es, tal vez, la que más se parece en formato (19 x 12,5 cm) y diseño
interior a la original, pero su contenido resalta por tener un fuerte
componente mexicano, en particular en las columnas sobre cine, libros y
noticias. Los primeros números, aproximadamente hasta la octava edición, están
compuestos mayormente por relatos extraídos de la revista estadounidense,
incluyendo unos cuantos que nunca fueron reeditados en español. En estas ediciones
sólo un cuento por número está firmado por un mexicano, entre ellos algunos de
los más prestigiosos autores del género en su país como José Luis Zárate y
Gerardo Porcayo. A partir de la novena edición el origen del contenido se
equilibra y, en los últimos tres números, se invierte: sólo una traducción y el
resto relatos de autores mexicanos. Estos últimos colaboraban con historias de
nivel muy desparejo, pero con puntos altos como “Imágenes rotas, sueños de
herrumbre”, de Porcayo (nº 7), “Perro de luz” de Gerardo Sifuentes (nº 13) o
“Se ha perdido una niña” de Alberto Chimal (nº 15).
Los volúmenes mantuvieron un diseño consistente a lo largo
de todas las ediciones, pero la cantidad de páginas varía de número a número,
oscilando entre las 144 y las 200. Las primeras ediciones están fuertemente
marcadas por la obra de Asimov, que había muerto un par de años antes de la
publicación del primer número: a editoriales y cuentos en homenaje, también
deben sumarse tres cuentos y un artículo de su autoría en los primeros cuatro
números.
En su conjunto Asimov
Ciencia Ficción reúne cuentos y algunos artículos de perdurable interés.
Aunque no hay una línea editorial muy consistente que articule las obras
originales de la revista estadounidense con las de autores mexicanos (y algunas
curiosidades, como textos de Horacio Quiroga y Miguel de Unamuno), se podría
realizar una buena antología seleccionando lo mejor de ambos mundos, incluso si
contamos únicamente con relatos que fueron publicados únicamente en sus
páginas. Menciones aparte merecen cuestiones como las traducciones y la
corrección tipográfica, que se fueron degradando fuertemente hacia los últimos
números, al punto en que “Why the World Didn't End Last Tuesday” de
Connie Willis se convirtió en “Por qué el mundo no termino el pasado jueves” (nº 10). También se puede
prescindir de la mayoría de los cuentos ultracortos que pueblan las páginas,
que no son más que chistes sin mucha gracia.
Sin embargo, podemos sumar a los cuentos de autores que ya
mencionamos, otros de valor que sólo se pueden leer aquí en español: “Niño del vudú” de Lewis Shiner
(nº 2), “Por siempre, dijo el Pato” de Jonathan Lethem (nº 3), “El franquicia”
de John Kessel (nº 5), “La virgen y el dinosaurio” de R. García y Robertson (nº
7), “Protección” de Maureen McHugh (nº 8), “El hombre abeja” de Mary Rosenblum
(nº 8), “Un lugar de honor”, Pat Murphy (nº 9), “La gran medusa” de Bruce
Sterling y Rudy Rucker (nº 9), “Ellie” de Jack McDevitt (nº 11), “Rata” de Mary
Rosenblum (nº 14) y “Taklamakan”, de Bruce Sterling (nº 16).
En cuanto a la disponibilidad de la revista, en Argentina
prácticamente no tuvo distribución: apenas algunos de los primeros números
terminaron en librerías de saldo por alguna carambola de distribución. Probablemente
no haya tenido casi distribución fuera de México, por lo que es muy difícil de
localizar ejemplares, pero en su país de origen no parece difícil de encontrar.
Luis Pestarini
Muy interesante.
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